Itinerario de la Misericordia - 11° Mes




Décima segunda recomendación

Jesús le dijo a Santa Faustina que Él desea que practiquemos al menos un acto de misericordia cada día. Él especificó que la misericordia puede llevarse a cabo en una de tres maneras:

1) Por palabras amables
2) Por actos de bondad
3) Por la oración


Enterrar a los muertos

El muerto no siente ya nada, pero llevarlo a “descansar” significa rezar por su alma y acompañar a quién sufre la ausencia de ese ser querido que ya no está.

Los primeros cristianos sufrían persecución por buscar a los mártires y darles sepultura. Porque llevarlos a un mausoleo significa también que las cosas no se quedan ahí, que hay un futuro.

Si fuera solo por higiene podría meterlos una fosa común, pero colocarlos en ciertos lugares como los mausoleos, los cementerios implica eso.

Reconocer que la muerte no es el final. “Es la muerte la puerta que nos lleva hasta Dios” tal y como lo dice la canción llamada Asunción.

La Virgen María nos enseña con su tránsito y asunción que así como Ella pasó en el sepulcro y después fue a gozar con Dios, también quién confía en Él, se verá libre de las ataduras terrenas.

La obra de misericordia al enterrar a los muertos nos traslada a la oración, que es una obra espiritual de misericordia. Rezar por los difuntos.

Cada uno ha enterrado a un ser querido, porque la muerte es algo seguro. Es de lo único de lo que no nos libramos. Y sentir que a este final se da un sentido, sirve de consuelo.

Las catacumbas eran lugares donde había cantidad de personas fallecidas y ahí se celebraba la Eucaristía. Oraban por los difuntos y al colocarlos allí tomaba un sentido más profundo la muerte.



Rogar a Dios por vivos y difuntos

Uno de los mayores actos de caridad que podemos hacer en nuestra vida es simplemente orar por otros, tanto por los vivos como por los muertos.

Con respecto a los vivos, debe haber una jerarquía de importancia. Si eres casado y con una familia este debe ser el orden: primero el cónyuge, hijos, padres, hermanos y hermanas, parientes, amigos, compañeros de trabajo y socios, y también debemos orar por aquellos que no nos gustan e incluso por nuestros enemigos.

Luego, con respecto a los muertos, debemos orar constantemente por los muertos. San Francisco de Sales hace hincapié en el hecho de que este es uno de los mayores actos de caridad que podemos hacer.

¿Por qué esto? Por esta sencilla razón: son totalmente dependientes de la misericordia de Dios y de nuestra oración, limosna o caridad, así como de nuestros sacrificios.

Piensa en la Misa Gregoriana, 30 misas consecutivas de un mes. Esto se produjo porque el Papa San Gregorio Magno tuvo que orar treinta misas consecutivas con el fin de liberar a su amigo fallecido de las llamas del purgatorio.



Referencia:

http://forosdelavirgen.org/91592/misericordia-corporal-150414/

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