Desafíos para una renovada Pastoral Social en la perspectiva de la Misión Continental – 2º Parte


CONFERENCIA DE LA X SEMANA SOCIAL NACIONAL
Perú, Noviembre 11-14 de 2008.

Leonidas Ortiz Lozada, Pbro.
Director del Observatorio Pastoral del CELAM
Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Misión Continental


2. Medellín: la misión social de la Iglesia como “Promoción Social y Liberación integral”.

Hace cuarenta años, se estaba celebrando la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín – Colombia. La Conferencia tuvo lugar en el Seminario Arquidiocesano los días 26 de agosto al 7 de septiembre de 1968.

Durante el desarrollo del Concilio Vaticano II, los Obispos latinoamericanos aprovecharon el encuentro episcopal para realizar la novena Asamblea Ordinaria del CELAM y allí surge la iniciativa de celebrar en 1968 la segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Monseñor Manuel Larraín, Presidente del CELAM, propuso al Papa Pablo VI la realización de esta II Conferencia con la finalidad de aplicar el espíritu y las orientaciones conciliares a la realidad del continente latinoamericano. El Papa vio con muy buenos ojos esta iniciativa y se comprometió a convocarla y participar en ella.

Por primera vez una Papa, Pablo VI, visitaba la conflictiva región de América Latina. Llegó a Bogotá el 22 de Agosto. Tenía la inauguración de dos eventos: el Congreso Eucarístico Internacional y la II Conferencia General del Episcopado.


2.1. Los desafíos de la época

En el contexto latinoamericano

1959 es el año del triunfo de de la revolución cubana que tanta influencia ejerció en el continente. En 1961 se declaró marxista-leninista y amenazaba con propagarse a los países de la región; su influencia era creciente en los sectores obreros, universitarios, intelectuales y en una porción nada despreciable del clero joven.

Los Estados Unidos, conscientes de que América Latina se transformaba en un polvorín, promovieron un vasto programa de ayuda denominado "Alianza para el Progreso", que exigía como condición la puesta en marcha de serias reformas estructurales y, en particular la Reforma Agraria para acabar con el latifundio improductivo y ofrecer a los campesinos la oportunidad de convertirse en propietarios. Su impulsor, el Presidente John Kennedy, fue asesinado en 1963.
En algunos países, como Chile y Venezuela, se fortalecieron los partidos políticos social-cristianos que impulsaron ambiciosos proyectos de transformación social, tales como la "revolución en libertad" de Eduardo Frei Montalva. En otros países, como el Perú, a partir de 1968 fueron los militares quienes intentaron liderar dichos procesos. En Brasil, en cambio, los militares que depusieron a Joao Goulart, detuvieron el proceso de cambio social. En Paraguay y en Nicaragua se mantenían firmes las antiguas dictaduras de Alfredo Strossner y de Anastasio Somoza. El panorama de la región en su conjunto sólo podía exhibir algunas de sus democracias relativamente estables, entre las que sobresalían Chile y Uruguay, que, años después, sufrieron el flagelo de las dictaduras.

Por eso, cuando llegó Pablo VI a Bogotá, un diario alemán tituló: “El Papa en el infierno”. Y no hay duda que era una época convulsionada. Hacía poco habían muerto el Padre Camilo Torres en la guerrilla colombiana (1966) y el Che Guevara en las montañas de Bolivia a manos de los militares (1967). Era una época agitada por las manifestaciones juveniles y por las presiones de grupos y movimientos sociales que pedían igualdad de oportunidades y un cambio radical en sus condiciones de vida. En México, el 2 de Octubre de 1968, sucede la llamada Masacre de Tlatelolco, que marcó la vida del pueblo mexicano y latinoamericano.

A este Continente llegó Pablo VI hace 40 años con su mensaje a favor de la vida y del desarrollo integral para todos nuestros pueblos. Y Medellín no fue inferior a su llamado.

En el contexto mundial

Estados Unidos se había enfrascado en una guerra contra el régimen comunista de Vietnam del Norte, la cual se prolongó y generó una gran oposición internacional, especialmente de obreros y estudiantes. El costo humano de esta guerra fue demasiado alto: Vietnam perdió 1.350.000 personas y Estados Unidos, 58.000.

También en Estados Unidos, se luchaba en pro de los derechos civiles desde hacía varios años. En una de esas grandes manifestaciones contra la discriminación racial, liderada por el pastor Martin Luther King, éste cae asesinado en abril de 1968.

En París, las protestas de mayo del 68, que duraron cinco semanas, terminaron convirtiéndose en el símbolo de toda una década de luchas. El enfrentamiento fue contra todo tipo de autoridad. Pero también se exigía más libertad sexual, más democracia y derechos civiles.

En Londres las revueltas se concentraron en Grosvenor Square, frente a la sede de la embajada de Estados Unidos. A lo largo de Europa Occidental, jóvenes universitarios ejercitaban sus derechos con nuevas exigencias frente a la sociedad tradicional.

Berlín fue otro de los focos de activismo estudiantil. Los grupos de izquierda se organizaron a través de toda Europa, apoyando al Vietnam, con la consigna: "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución".

Tras la llamada Cortina de Hierro, también se vivían momentos de conflicto social y la naturaleza de estos difería de sus vecinos occidentales. En Polonia, estudiantes de la Universidad de Varsovia fueron duramente reprimidos por la policía tras una serie de protestas.

Uno de los reclamos de esos años es el que busca reivindicar el papel de las mujeres. Surge el movimiento feminista, exigiendo igualdad de condiciones en la casa y el trabajo. Si bien algunas de las causas ya tenían años de activismo, esa época les dio un renovado vigor y legitimidad.

En el contexto socio-eclesial latinoamericano

La discusión social a nivel intraeclesial se centra tanto en la urgencia de las reformas sociales y políticas. Muchos sacerdotes y laicos son perseguidos por las dictaduras y los regímenes de la época.

Muchos cristianos, laicos, religiosos-as y sacerdotes, desilusionados de las ideas desarrollistas de la CEPAL y de las reformistas de los social-cristianos, comienzan a propiciar procesos revolucionarios. Es la época en que muere combatiendo el padre Camilo Torres en la guerrilla colombiana. Surgen movimientos cristianos de orientación social, algunos de los cuales simpatizan con el socialismo marxista: “Cristianos por el Socialismo” en Chile; “Golconda” en Colombia; “Sacerdotes para el Tercer Mundo” en Argentina; Oficina Nacional de Información Social-ONIS en el Perú.

En esta época se cuestiona la legitimidad de la doctrina social de la Iglesia y su carácter de mediación entre el Evangelio y el compromiso social y político de los cristianos. En algunos sectores se la considera un poco abstracta, a-histórica y reformista. Las ideologías comienzan a ocupar en algunos ámbitos el lugar de la DSI.

El compromiso social es intenso. Se apoya por parte de la Iglesia la formación de los obreros y campesinos, la organización de sindicatos, cooperativas y centros de promoción humana e investigación social. Se destacan algunos pioneros como Manuel Larraín y Helder Camara. En 1962, Monseñor Larraín señala tres puntos capitales para un plan de emergencia: la evangelización, la formación de laicos y la acción social que comprende no solo la difusión de las enseñanzas sociales de la Iglesia sino también la realización de acciones concretas al interior de la Iglesia y en la sociedad.

En 1962 se inicia, de manera estructurada, las Campañas de Solidaridad. Brasil la llama “Campaña de Fraternidad”. En 1964 Argentina realiza la “Semana de Caridad”. De igual manera en 1965 nace la Semana de la Caridad en Paraguay, sustituida en 1983 por la Campaña de Cuaresma.

Los Congresos Latinoamericanos de Cáritas también surgen por esta época. El primero se realiza en 1964 en Santiago de Chile, con el tema de las Caritas latinoamericanas. En 1965 se realiza el segundo en Bogotá para examinar la posición de Caritas ante el Concilio y el mundo moderno. En 1966 el tema es la formación de conciencia social y evaluación de la realidad actual latinoamericana orientada a la acción y al testimonio de la caridad de la Iglesia. En 1967, en Caracas, se profundiza en la “Promoción Popular”. Y en 1968, en Antigua-Guatemala, se habla sobre “Caritas y el cooperativismo”.

2.2. La misión social de la Iglesia entendida como “Promoción social y Liberación integral”

Antes de la II Conferencia, hubo varios encuentros que fueron importantes para la definición del enfoque de Medellín. Un primer encuentro sobre educación, apostolado de los laicos y acción social se llevó a cabo en Baños (Ecuador), del 5 al 8 de junio de 1966. Un segundo encuentro con el carácter de Asamblea Ordinaria del Celam tuvo como tema central el desarrollo y la integración latinoamericana, en Mar de Plata (Argentina), del 11 al 16 de octubre de 1966.

Un tercer encuentro a nivel de Universidades Católicas se centró en la misión de la universidad católica en América Latina, evento que se realizó en Buga (Colombia), del 12 al 18 de febrero de 1967. Un cuarto encuentro realizado en Melgar (Colombia), del 20 al 27 de abril de 1968, tuvo como tema la pastoral misionera. Un quinto encuentro se celebró en Itapoan, Salvador (Brasil), del 12 al 19 de marzo de 1968, sobre la Pastoral Social de la Iglesia. Y un sexto encuentro sobre Catequesis en Medellín (Colombia), del 11 al 18 de agosto de 1968.

Todos estos encuentros, cada uno en su tema, suscitaron muchos debates y animaron la reflexión en este período preparatorio a la II Conferencia. Si tomamos como ejemplo el documento conclusivo de Mar del Plata (1966), se abrió el espacio para profundizar en temas como la teología del desarrollo, el desarrollo e integración, los aspectos prioritarios de la contribución de la Iglesia para el desarrollo e integración de América Latina y la revisión de la pastoral en función del desarrollo. Se habla abiertamente de la urgencia de liberar de la miseria y de la ignorancia a las masas marginadas dándoles la cultura básica y llevándoles juntamente los elementos esenciales de la enseñanza católica. Se exige una atención prioritaria a los que viven en condiciones indignas de seres humanos, usando con ellos nuevas técnicas de promoción humana y comunitaria. Esto tiene especial aplicación al campesinado y a los pobladores de los barrios suburbanos. Y finalmente se solicita la creación de organismos de pastoral universitaria para formar líderes nacionales.

Por eso, a este período lo llamamos de “promoción social y liberación integral”. En el documento conclusivo de Medellín se habla precisamente del “paso de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”, siguiendo la Populorum progressio (1967) de Pablo VI y de una liberación integral de toda forma de esclavitud.

En el campo de la Economía, el documento denuncia la distorsión creciente del comercio internacional, la fuga de capitales, la evasión de impuestos, el endeudamiento progresivo y el imperialismo internacional del dinero; y hace énfasis en la proyección social de la empresa; en la defensa de los derechos de los trabajadores; en la promoción de los campesinos; y en el rechazo a los sistemas capitalista y marxista.

En el campo de la Política, pide una reforma política; urge la integración latinoamericana; propende por una cultura de la paz; e impulsa la formación de la conciencia social de los creyentes y de los ciudadanos.

Como fruto de Medellín se le da un enfoque marcadamente pastoral a la acción social, con un marco doctrinal propio y con el propósito de que la Iglesia se convierta en animadora del orden temporal, en una auténtica actitud de servicio. Así nace la Pastoral Social que es una elaboración netamente latinoamericana. La Cáritas sigue siendo un organismo de Iglesia integrado dentro de la Pastoral de conjunto. Medellín apunta que Cáritas no debe ser una obra de beneficencia, sino que debe insertarse de modo más operante en el proceso de desarrollo de América Latina, como una institución verdaderamente promotora (1).

También, por esta época, se multiplican los esfuerzos educativos liberadores, las campañas de solidaridad y los congresos de formación de conciencia social y de promoción popular.
Las Conferencias Episcopales de todos los países de América Latina y el Caribe se pronuncian oficialmente, sobre diversos temas sociales como el Desarrollo y la integración, la Justicia y paz, los Golpes de Estado, el Compromiso político de los cristianos, el Terrorismo, los Derechos humanos, etc. Un número significativo de Iglesias locales apoyó la organización de sindicatos de inspiración cristiana, cooperativas y organismos dedicados a la investigación socio-económica y de promoción humana.

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(1) Medellín, Conclusiones 1,22.
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Para leer la 1º Parte:
http://formacionpastoralparalaicos.blogspot.com/2009/03/desafios-para-una-renovada-pastoral.html

Para leer la 3º Parte:
http://formacionpastoralparalaicos.blogspot.com/2009/08/desafios-para-una-renovada-pastoral_15.html

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Continuará…

Agradecemos a Roberto Tarazona por compartir esta Conferencia.





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